Ante el riesgo de impago por parte de los deudores, existe el proceso de recobro, una práctica que se está convirtiendo en parte de la estrategia de cuentas de muchas empresas. 

El proceso de recobro consiste en un conjunto de acciones con las que se gestionan las deudas y se recuperan los impagos. Es el proceso llevado a cabo para la recuperación de un importe correspondiente a una obligación de crédito. Desde la llamada amistosa hasta el juicio monitorio, todas las fases que hay entre medias constituyen el proceso de recobro. 

El recobro puede realizarse de forma directa con el deudor, o mediante una entidad terciaria. Para esta última opción, las entidades bancarias o financieras pueden recobrar los créditos a través de departamentos especiales para tales fines, o bien, pueden transferir las cuentas morosas o vencidas a una agencia de recobro.

 

Principios en el proceso de recobro

El objetivo principal de la persona responsable del recobro es cobrar el dinero dentro de los términos de la obligación, es por eso por lo que el deudor tiene la obligación a pagar dentro de los términos del contrato. 

El trabajo de la persona responsable del proceso de recobro es asegurarse de que se cumpla dicha obligación. La exigencia del pago puede ir creciendo a medida que el deudor muestre su rechazo

A la hora de realizar el proceso de recobro, es necesario mantener un seguimiento y constante de la operación. El seguimiento sistemático de las cuentas, incluso de aquellas que no pueden pagarse inmediatamente, fortalece la naturaleza grave de la deuda pendiente, además de enfatizar la importancia que le atribuye el acreedor.

En todo proceso de recobro, hay que tener una margen de negociación con los clientes que no puedan hacer frente a los pagos de manera inmediata, o en los plazos acordados. En estos casos, es posible la prolongación, los cuales tienen un coste adicional del que se debe informar. 

Por último, siempre se debe respetar la buena voluntad del cliente. Es decir, aunque no pueda responder a sus deudas en un momento dado, no significa que en el futuro no pueda ser un buen cliente. 

 

¿Dónde gestionar un proceso de recobro?

El proceso de recobro puede gestionarse a través de empresas intermediarias. Los gestores, abogados, notarios, entidades bancarias o financieras, etc., son ejemplos de empresas intermediarias. Se puede realizar de forma física o online.

Antes de empezar a gestionar el recobro, es imprescindible disponer de todos los papeles en regla, y que se haya superado el tiempo de cobro de la factura emitida.

Para gestionar un recobro en nuestra propia empresa, podemos recurrir a algún programa de gestión de recobros, o como ya se ha nombrado anteriormente, acudir a alguna empresa especializada en este proceso. Si no da resultados ninguna de las vías nombradas, se podrá acudir a los tribunales.

 

¿Qué es una empresa de recobro?

La empresa de recobro es aquella que realiza su papel de intermediaria entre la empresa acreedora y el cliente deudor para el cobro de la deuda. En España, este tipo de empresas están reguladas por el Código Civil, la Ley de defensa de Consumidores y Usuarios y la Ley de Protección de Datos.

Este tipo de empresas suponen una herramienta para conseguir que el cliente pague la deuda, sin necesidad de recurrirá los tribunales por parte de la empresa acreedora.

Según lo establecido en el Código Civil, la empresa de recobro tiene total derecho de exigir extrajudicialmente la deuda, siempre que y cuando los Tribunales de Justicia hayan establecido que la deuda es cierta, lícita, exigible, vencida e impagada. 

 

¿Qué pasos debemos seguir en nuestra empresa para la recuperación de impagos?

En el caso de utilizar un programa de gestión de recobros en nuestra propia empresa, no solo sirve con utilizar este, hay que seguir una serie de pasos.

En primer lugar, debemos revisar a diario los saldos vencidos, Mediante un CRM de recobro, este proceso se puede automatizar. Durante la gestión del proceso, se dará prioridad a los impagos que superen los mil euros con más de una semana de antigüedad.

En el caso de gestionar el recobro por nuestra cuenta, es esencial contar con un departamento de cobros donde se distinga este rol. De no ser así. Debemos contratar los servicios de gestión de recobros.

En el momento que el impago haya superado los cinco días, o como máximo, la semana, se deberá enviar la primera comunicación al deudor.